Sobre el Lago Sagrado se forman tormentas repentinas, localizadas, con fortísimos vientos que se reproducen con un oleaje casi marino, bueno ésto nos sucedío a la vuelta de la Isla del Sol, un Titicaca enfurecido, tres viajeros bastante asustados, una guía que dejó de serlo por un rato, y un capitán sereno e indiferente que puso la cuota de cordura con un pasaje a punto de repetir las escenas de motín a bordo.
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